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sábado, 29 de octubre de 2011

La Nutricion Celular y Ortomolecular

La Nutricion Celular Activa y la Nutricion Ortomolecular

La Nutricion Celular Activa y la Nutricion Ortomolecular


Los métodos y recomendaciones de unos y de otros han sido canalizados a través de infinidad de libros, conferencias y congresos.

Abrahan Hoffer, Linus Pauling, Richard A. Passwater, Michael Murray, Joseph E. Pizzorno, Michael Janson, Richard  Firshein…, en Estados Unidos y Catherine Kousmine, Alain Bondil, André Denjean, Philippe-Gastón Besson, Luc Moudon, J. Fradrin, Jean Seignalet, Claude Lagarde…, en Europa, todos ellos y muchos otros, excelentes profesionales, han promulgado la terapéutica nutricional como herramienta indispensable para recuperar y mantener una buena salud.

Los primeros, frecuentemente encuadrados en la llamada Nutrición Ortomolecular, y los segundos habitualmente relacionados con la Nutriterapia o la Nutrición Celular Activa.

Hoy en día diferentes Asociaciones y Sociedades de investigación, documentación y formación se mueven en torno a estos métodos, que solo profanos, ignorantes o presuntuosos, se atreverían a poner en tela de juicio.

Efectivamente, miles de investigaciones por todo el mundo y millones las experiencias prácticas recogidas, demuestran que la corrección alimentaria y el aporte de cantidades óptimas de nutrientes vitales, puede ser más que suficiente para mejorar trastornos de salud crónicos y complejos.

Dra. Catherine Kousmine


Desde que en 1949 unos amigos le llevaron a su consulta un enfermo afectado de sarcoma y obtuvo resultados excelentes mediante la corrección alimentaria, Kousmine comenzó a aplicar su método en diferentes trastornos graves, como esclerosis múltiple, poliartritis crónica evolutiva y otros tipos de cánceres. Los resultados eran la mejor confirmación de lo acertado de su camino.

Pudo constatar que la alimentación moderna, rica en grasas artificiales y desnaturalizadas, exceso de proteínas cárnicas, de azúcares y de alimentos muy refinados y manipulados, y por otro lado, carente de nutrientes vitales, como los ácidos grasos poliinsaturados, vitaminas, minerales y oligoelementos, está directamente relacionada con la mayor parte de las llamadas “enfermedades de la civilización”, muchos tipos de cáncer, trastornos cardiovasculares, artritis, etc.

Kousmine consideraba que el error más grave de la alimentación moderna es destruir sistemáticamente la vitamina F, el ácido linoleico cis-cis.

En los últimos años, jóvenes médicos se formaron en la consulta de la doctora Kousmine, ya que como ella misma declaró: “Los médicos modernos han sido formados para plantear un diagnóstico y prescribir medicamentos. En materia de nutrición no saben nada”.

Estos apasionados alumnos formaron una asociación médica con el objetivo de seguir trabajando sobre las bases del método Kousmine, creando así en 1985 la Asociación Médica Kousmine Internacional (AMKI), que organiza seminarios de formación, congresos, etc.

Para más información: “Salve su cuerpo” o “El Método Kousmine” Ediciones Urano.

Dr. Linus Pauling
. El doctor Linus sobresale por ser la única persona que ha sido laureada dos veces con el Premio Nobel, en 1954 en Química y en 1962 con el de La Paz.

El Premio Nobel de Química se lo otorgaron por sus sobresalientes investigaciones sobre la estructura de las moléculas, la importancia de las proteínas y de los anticuerpos. Fue catedrático en el Instituto de Tecnología de California y en la Universidad de Stanford.

El término ortomolecular (griego orto = justo) lo utilizó por primera vez en 1969, en un artículo que publicó la revista Science bajo el título “Ortomolecular Psychiatry”.

En este artículo Pauling hablaba sobre los trabajos de Hoffer. Definió la nutrición ortomolecular como “terapia que conserva la salud óptima y trata las enfermedades variando las concentraciones de las sustancias que están presentes en el organismo (molécula justa) y que son necesarias para la buena salud”.

En la década de los setenta, Pauling constata que un desequilibrio bioquímico y celular precede a las enfermedades clínicamente detectables, definiendo así el concepto de “enfermedad de la molécula” o como otros han expresado “enfermedad celular”.

Esta es la génesis de la Nutrición Ortomolecular: modificar la concentración de los nutrientes vitales, induciendo una verdadera Reestructuración Biológica Celular. Decenas de asociaciones internacionales continúan la estela de investigación y práctica que este pionero dejó.

Para más información: “La Vitamina C y su uso diario” Linus Pauling. Múltiples ediciones.

Dr. Jean Seignalet
. El más contemporáneo de los tres, el doctor Seignalet ha dedicado más de cuarenta años a la formación médica como clínico y biólogo. Interno de los hospitales de Montpellier, Jefe de Asistencia Clínica, hematólogo e inmunólogo y posteriormente biólogo en hospitales de alto nivel.

Director del Laboratorio de Histocompatibilidad de Montpellier y autor del prestigioso libro: “L’ alimentation ou la troisième médecine”.

Para el profesor Seignalet si excluimos las infecciones bacterianas, virales y parasitarias, la patogenia o el mecanismo de desarrollo de la mayor parte de las enfermedades queda hoy en día desconocido o mal conocido.

Seignalet ha desarrollado una teoría que puede considerarse como una explicación plausible sobre la patogenia de numerosas afecciones.
Los dos elementos importantes son el intestino delgado y la alimentación moderna.

Las investigaciones y experiencias clínicas del Dr. Seignalet han aportado carácter científico a la afirmación Hipocrática de: “Que tu alimento sea tu medicina”. Son varios cientos las referencias, que Seignalet utiliza en su libro, a investigaciones internacionales que alientan el ánimo de cuantos creemos que la medicina del futuro pasa por la profilaxis alimentaria.

Para más información: “L’ alimentation ou la troisième médecine”. Editado en castellano.

“Por qué necesitamos un aporte adicional de vitaminas, minerales y oligoelementos”.

Existe la opinión generalizada de que una dieta equilibrada proporciona todas las vitaminas que el organismo necesita, y una gran cantidad de nutricionistas conservadores está de acuerdo en ello.

Los puntos de vista y las recomendaciones pueden variar muy ampliamente entre, por ejemplo, lo que recomendaría un nutricionista contemporáneo, un médico especialista en nutrición o un biólogo especializado en Nutrición Celular. Pero, ¿realmente necesitamos un aporte adicional de nutrientes?...

Debemos dar atención a varias consideraciones que configuran las necesidades nutricionales particulares del individuo y las de la actual sociedad industrializada y polucionada:

1º LA GENETICA


La configuración genética varía considerablemente de una especie a otra y como consecuencia su grado de adaptación y supervivencia en un ambiente nutritivo determinado.

Es decir, para sobrevivir adecuadamente un animal puede requerir una cantidad mucho mayor o menor de ciertos nutrientes en comparación con otro de la misma especie. El hombre no es una excepción en este sentido.

Con excepción de unos cuantos trastornos genéticos, es imposible determinar variaciones ligeras en las necesidades de nutrientes de los seres humanos El doctor Williams utiliza el término “individualidad bioquímica” para referirse al principio básico de las diferentes necesidades individuales.

Un ejemplo sobre el condicionamiento genético y como consecuencia la necesidad de nutrientes individualizados es el hecho de la producción de las enzimas que intervienen en las fases I y II de desintoxicación hepática, que se hallan genéticamente determinadas.

Además, parece ser que existe una variación significativa en los niveles de varias enzimas en poblaciones diferentes. Estos hallazgos indican que un xenobiótico que es inocuo para un individuo porque posee un aporte importante de las enzimas de la fase I y II, podría ser tóxico para otro individuo que posea una producción baja, inducida genéticamente, de estas enzimas.

Se desprende, por lo tanto, que ciertos individuos se pueden ver beneficiados de un aporte adicional de nutrientes que fomenten la actividad enzimática de desintoxicación (Vit. C, Glutatión, Metionina, Cistína, Vit. Grupo B, etc).

Cada año aumenta el número de investigaciones que demuestra que los genes responden en gran medida a los factores ambientales. Por ejemplo, es sabido que varios xenobióticos tienen propiedades mutagénicas significativas, pero por otro lado, determinados suplementos nutricionales ricos en carotenoides, nicotinamida y zinc pueden estimular los mecanismos de reparación del ADN.

Esta idea nos hace reflexionar sobre la incidencia positiva que puede tener el uso específico de nutrientes activos como “reparadores” de daños genéticos, que en muchos casos podían venir predeterminados desde la concepción.

El medio en el que se desarrollan los cultivos de tejidos (grupos de células que se reproducen en el laboratorio) se enriquece abundantemente con todos los nutrientes necesarios.

Si se diera a las células solamente sus necesidades mínimas, algunas de ellas no se desarrollarían y los investigadores se arriesgarían a perder el cultivo.

En los seres humanos el plasma sanguíneo es el que nutre a las células y necesita un suministro constante de todos los nutrientes.

Si bien es cierto que todos necesitamos asegurarnos el aporte óptimo de nutrientes vitales, parece ser que determinados individuos presentan constitucionalmente unos requerimiento mayores, para asegurarse “un fluido plasmático constante y óptimo” a cada célula y por extensión a los diferentes tejidos.

2º PRÁCTICAS AGRÍCOLAS y ALIMENTARIAS DESTRUCTIVAS E INDUSTRIALIZADAS

Los métodos modernos de cultivo agrícola afectan negativamente a la calidad de nuestros alimentos. El objetivo es producir y producir, no importa las herramientas que se utilicen (pesticidas, fertilizantes químicos, aditivos químicos durante el procesado, etc), aunque además de intoxicar, jueguen con la genética o modifiquen la composición del terreno.

Por ejemplo, mucho del terreno agrícola, contiene muy poco selenio.

Este mineral es un protector importante contra las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.

Las investigaciones han demostrado que quienes viven en las regiones cuyo suelo posee un bajo contenido de selenio presentan un mayor riesgo de contraer cáncer, aunque consuman una dieta que incluya alimentos procedentes de otras zonas geográficas.

Aunque el selenio, el cromo y el yodo son indispensables para la nutrición humana, no son necesarios para cultivar plantas sanas y casi nunca son añadidos al suelo agrícola.

Con frecuencia los alimentos se cosechan cuando aún están verdes y se dejan madurar durante su transporte, en el mercado o incluso en el hogar. En consecuencia, no adquieren su dotación completa de minerales y vitaminas, la cual aumenta considerablemente durante las últimas etapas de maduración.

Para llevar los alimentos a los mercados antes de que se pudran, los agricultores los recogen prematuramente y los "maduran" artificialmente, en el momento adecuado, para que parezcan frescos.

Además, el transporte y el almacenamiento de los alimentos, ya sea en el mercado o en casa, hace que los nutrientes se deterioren.

En tres días de almacenamiento frigorífico las frutas y las verduras pierden cantidades importantes de vitamina C y todavía más a temperatura ambiental. Los frutos secos pierden vitaminas A, C y E si se exponen al oxígeno y la luz.

Esto no significa que los alimentos almacenados carezcan totalmente de valor, sino que su bajo contenido de nutrientes hace que sea más importante consumir complementos.

El 40 % de la vitamina A el 100 % de la vitamina C el 80 % del complejo B y el 55 % de la vitamina E pueden perderse durante el procesamiento, conservación y calentamiento de los productos que consumimos mientras vemos la televisión.

El procesamiento de los alimentos -trituración, enlatado, congelación y cocinado- destruye las vitaminas y los minerales.

En un análisis de 723 alimentos se demostró que el enlatado destruye el 77 % de la vitamina B6, el 78 % de la vitamina B5 y gran parte de la biotina y el ácido fólico.

Durante el proceso de enlatado se pierden hasta los minerales. Las espinacas y las judías enlatadas y los tomates enlatados pierden el 40 %. el 60 % y el 83 % respectivamente del contenido en zinc que poseían en estado fresco.
Nunca podemos estar seguros del contenido vitamínico y mineral de un alimento.

Los valores en libros tienen carácter orientativo. Ya que la cantidad real presente en el alimento que se sirve puede oscilar hasta en mil veces con respecto a dichos valores.

Una forma de estar seguros de que incorporamos la cantidad adecuada de nutrientes es tomar suplementos de vitaminas y minerales junto con las comidas.

Todos los granos se procesan en alguna medida antes de ingerirlos. En cada fase del proceso se destruyen nutrientes. Los granos integrales tienen más nutrientes que las harinas blancas.

El triturado elimina veinte nutrientes, como mínimo, del trigo. El pan blanco tiene sólo el 20 % del zinc, el 25 % del hierro, el 30 % del cromo, el 40 % del calcio y el 60 % del magnesio contenidos en el pan de trigo integrales.

El triturado extrae el 86 % de la vitamina E, el 80 % de la vitamina B3, el 75 % de la vitamina B6 el 67 % del ácido fólico y el 50 % de la vitamina B5 del pan de trigo integral. El enriquecimiento no compensa las pérdidas producidas por el procesamiento de los alimentos.

Los fabricantes pueden indicar que la harina triturada está "enriquecida", pero esto sólo significa que le han añadido cuatro vitaminas y dos minerales. Incluso en este caso, no se recuperan los niveles originales.

El cocinado destruye las vitaminas y los minerales. El corte de los alimentos inicia las reacciones enzimáticas y la oxidación que destruyen las vitaminas.

El sobrecalentamiento o recalentamiento destruye más del 80 % del contenido de algunas vitaminas. La pérdida media de minerales en las verduras es del 32% del calcio, el 45% del magnesio, el 46% del fósforo y el 48% del hierro.

Gran parte del contenido mineral y vitamínico de una alimento puede eliminarse con el agua de cocer y, si se pelan los alimentos, con la piel.
A modo de resumen:

1º La industrialización alimentaria arroja serias dudas sobre la cantidad y calidad de los nutrientes vitales que contienen los alimentos.

2º La alimentación moderna, los alimentos procesados y el modo de cocinar reducen a mínimos el aporte de micronutrientes vitales, provocando subcarencias.

3º Es imposible saber el contenido de los nutrientes descubiertos recientemente que está presente en los alimentos, porque las tablas de alimentos no están preparadas para incluir estos elementos.

4º Es necesario un aporte adicional de oligoelementos biodisponibles y de calidad, que de otra manera sería imposible proporcionar en cantidades óptimas.

3º EL ESTRÉS


El estrés, ya sea emocional, físico o causado por lesiones o enfermedades, agota los nutrientes del organismo, especialmente, la vitamina C, el complejo B y el Zinc.

Por otro lado, la vitamina B6 y el ácido pantoténico juegan un papel vital en la fisiología del estrés. La vitaminas C y E y el Zinc favorecen la recuperación frente al estrés.

Dado que el estrés es parte cotidiana de la vida de la mayor parte de la población de los países industrializados, la toma adicional de nutrientes debería formar parte, tal como lo es la dieta sana y el ejercicio físico regular, de la profilaxis humana.

4ª POLUCIÓN Y RADICALES LIBRES


Debemos recordar que nuestro organismo está constantemente expuesto a cientos de tóxicos químicos y metales pesados, además de los propios residuos bacterianos y alimentarios de nuestro metabolismo.

Esta carga agota nuestra capacidad de desintoxicación y produce subcarencias importantes en nutrientes vitales.

Por ejemplo el Cadmio y el Plomo desplazan los oligoelementos de sus lugares activos. Carencias en Oligoelementos imprescindibles, como el Cobre, el Selenio, el Manganeso o el Zinc, provocan a su vez una proliferación de Radicales Libres, ya que el organismo ve disminuida la actividad de enzimas antioxidantes importantes, como la S.O.D. y G.P.X.

Los conservantes y estabilizantes alimentarios, así como ciertos medicamentos disminuyen la asimilación digestiva de los oligoelementos, haciéndolos, incluso, inactivos dentro del torrente sanguíneo.

Después de todo, ¿necesitamos un aporte adicional de vitaminas, minerales y oligoelementos?... La respuesta es obvia. fuente



BIBLIOGRAFÍA

La revolución de las vitaminas. Dr. Michael Janson. 1996.
Utilización terapéutica de los Oligoelementos. H. Picard. 1985
El Método Kousmine. AMKI. 1989
L ‘alimentation ou la troisième médecine. Seignalet. 1998
Enciclopedia de Medicina Natural. Murray y Pizzorno. 1997

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